
Apenas comenzaron las campañas, y ya se siente con fuerza lo que está por venir en las próximas semanas.
Eruviel Ávila Villegas, llenando plazas por todo el estado con un entusiasmo de la gente digno de recordarse.
Alejandro Encinas Rodríguez, luchando por tener un decoroso segundo lugar, o esperando ansiosamente que Eruviel cometa un error garrafal para tener así oportunidad de ganar.
Y Luis Felipe Bravo Mena, deslucido, triste, abandonado hasta por su propio partido, ni siquiera pinta en las encuestas.
Las armas de los adversarios de Eruviel poco a poco se han ido anulando. Primero, lo acusaban de no querer debatir; hoy invitó abiertamente a Encinas a hacerlo. Después, se presentó la oportunidad de acusarlo de arbitrario, de abusar del poder de su partido en el estado impidiendo que Encinas fuera candidato. Y, hoy también, hizo un llamado al PAN a no impugnar la candidatura del perredista.
Esto apenas comienza, y no cabe duda que va a continuar. Eruviel tiene que tener mucho cuidado, porque sus oponentes, sobre todo Encinas, estarán a la caza, buscando cualquier pequeño descuido para atacarlo. Ningún pretexto será demasiado pequeño.
0 comentarios:
Publicar un comentario