Eruviel, en caballo de hacienda

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beneficiado por el desfonde del PAN en el “corredor azul” y el desprestigio del PRD en el oriente y otras regiones del estado, Eruviel Ávila va en caballo de hacienda hacia la Gubernatura del Estado de México.

El candidato priísta lleva una ventaja de 30 puntos y parece muy difícil que en los 45 días de campaña se modifique el escenario. El lunes arrancó su campaña en Toluca, en un acto en el que mostró el músculo.

En contraste, Luis Felipe Bravo Mena tuvo un arranque deslucido en Zinacantepec, sin el acompañamiento del presidente de su partido, Gustavo Madero, ni de los coordinadores parlamentarios en el Congreso de la Unión.

El contendiente de las izquierdas, Alejandro Encinas, recibió el arropamiento insólito de Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, líderes históricos del PRD, y también de Marcelo Ebrard y el presidente del PRD, Jesús Zambrano, abucheado por los lopezobradoristas. Originario del DF y lejano a los mexiquenses, Encinas inició campaña en Ecatepec, tierra de Eruviel, donde gobierna el obispo Onésimo Cepeda. “El capellán del PRI” es figura destacada de una teología que vive y goza la “opción preferencial por los ricos”; obispo de escándalos que, se dice, es bueno para operar en lo oscurito en su oficina alterna en el piso 51 de la Torre Mayor.

El fracaso de la alianza PRD-PAN, construida con filigrana por Manuel Camacho y promovida por Ebrard, fue descalificada por Andrés Manuel (el lunes la llamó: “una gran simulación”, “una trampa”), su fracaso agotó la única posibilidad para las oposiciones de disputar seriamente la Gubernatura.

Quizá para evitar su victimización, el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) registró la candidatura de quien apenas en diciembre pasado admitió que no reunía los requisitos legales. La reforma constitucional en el Estado de México para eliminar el ius ranchis que le permitió a Mario Ramón Beteta llegar a la Gubernatura, exige a los no nacidos en el Estado de México, “una residencia efectiva en su territorio no menor a cinco años, anteriores al día de la elección” y por si hubiera dudas aclara: “Se entenderá por residencia efectiva para los efectos de esta Constitución, el hecho de tener domicilio fijo en donde se habite permanentemente” (artículo 68).

En la elección del próximo 3 de julio, el PAN puede pasar a un distante tercer lugar en el estado más importante del país. Josefina Vázquez Mota, la única figura competitiva del PAN, se negó a jugar en ese proceso, quiere ser la candidata presidencial de su partido; no cuenta para ello con el voto del señor de Los Pinos, pero cree en los milagros: “¡Dios mío, hazme candidata!”, parece decir.

Opacado por la popularidad del gobernador, el Estado de México, sin embargo, padece de una serie de problemas no menores para una entidad tan vasta en recursos: pese a su intensa actividad económico-industrial y del tamaño de su economía, 43.7 por ciento de su población está en “pobreza multidimensional” —según el concepto del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social—, 6.9 por ciento en pobreza extrema y 36.8 por ciento moderada. Más preocupante ha sido la escalada de violencia y de inseguridad. Dos botones de muestra: datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública señalan a esa entidad como la de mayor incidencia de secuestros (172) durante 2010; y el alto número de feminicidios: 468 reconocidos por el propio Gobierno mexiquense.

Con Eruviel está Peña Nieto que le endosa parte de su popularidad, pero también los experimentados operadores del PRI, la “fuerza mexiquense”, hoy “ola roja", que sí saben cómo hacerlo y que en últimos años han trabajado en elecciones de todo tipo dentro y fuera del Edomex.

Tanto el PAN como el PRD tuvieron la oportunidad de mostrar que sabían gobernar de manera distinta, con eficacia y honestidad, y defraudaron a sus electores, por eso hoy se perfila el triunfo de un político de apenas 42 años que no pertenece a la élite económico-política de Atlacomulco y el único mexiquense de los contendientes.

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